Señales de alerta en hermanos de personas con TCA
Cuando hay una persona con un TCA, las rutinas respecto a la alimentación y la organización de las comidas a menudo deben modificarse para seguir las pautas dadas por el equipo profesional, tanto en la anorexia nerviosa como en la bulimia nerviosa y el resto de problemas alimenticios. Hacer las comidas en familia es una de las recomendaciones. Este momento en familia ayuda a la persona con el problema a distraerse del plato y compartir los momentos difíciles, pero también puede hacer que los padres, ahora ya en estado de alerta, se cuestionen la forma de comer de los demás hijos. A menudo, es necesario controlar el acceso al baño, la actividad física y los intentos de practicar ejercicio en la habitación.
Un trastorno de la conducta alimentaria hace que el foco de preocupación por parte de los padres se traslade a la persona afectada. Y esto, inevitablemente, relega involuntariamente a los demás miembros de la familia, los mismos padres incluidos, a un segundo plano. Gestionar esa situación no es fácil. Nos podemos encontrar con que entre los hermanos y hermanas aparecen también trastornos de la conducta alimentaria y problemas de ansiedad y depresión. En ocasiones aparecen comportamientos de imitación respecto al hermano o hermana con el trastorno.
Pero, ¿cuándo debemos preocuparnos y cómo actuar en este caso?
Señales de alerta en casos de hermanos y hermanas de personas con TCA
Estas señales serán más o menos importantes dependiendo del tipo e intensidad de la conducta y su repercusión.
Cambios en los hábitos alimenticios
Para un niño o adolescente es frecuente que tenga más o menos hambre algún día, e incluso, que no quiera comer ocasionalmente, o que lo haga de forma no demasiado sana o a deshoras… O hacer como el hermano o hermana que no come, o que come demasiado. Si no se encuentra mal físicamente, debemos preguntarnos sobre un posible malestar emocional que motivara tal conducta. Si no se refiere, puede tratarse de un hecho aislado. Lo mejor es mantener una conducta expectante y observar. Si la conducta se repite, tendremos que sentarnos con él o ella y preguntarle de nuevo.
Problemas de autoestima
La autoestima es un punto clave; si un adolescente tiene un buen concepto de sí mismo, será más difícil que se caiga en la trampa del problema alimentario, que se basa a menudo en intentar mejorar la imagen física para conseguir sentirse mejor en otros campos (relacional, a menudo). Los padres pueden hacer mucho por potenciarla.
Cambios en el carácter
Hay que estar atentos si se producen cambios de carácter mantenidos en el tiempo: irritabilidad, tristeza, retraimiento.
Conductas similares al hermano o hermana con TCA
Observar si los hermanos o hermanas tienen comportamientos similares al del hijo con TCA diagnosticado en relación a la comida como hacerse vegetariano coincidiendo con el problema alimentario del hermano o hermana, saltarse ingestas o quejas de las cantidades, trocear la comida de forma excesiva, interés por querer comer solos, por hacer o incrementar ejercicio, quejas nuevas de estreñimiento o aumento de la ingesta, sobre todo de dulces. En este sentido, son más preocupantes las conductas relativas a la comida que la forma de vestir o maquillarse; es el conjunto el que cuenta. Hay que tener en cuenta que tener un TCA puede implicar la pérdida de conexión y sintonía en la familia. Los hermanos pueden encontrarse perdidos y la imitación ser una forma de buscar esa conexión perdida, no sólo la atención de los padres. Los padres son los primeros en detectar estos cambios. En caso de duda, mejor solicitar una valoración profesional.
Bajada del rendimiento académico previo
Si detectamos un cambio en el rendimiento académico, habitualmente una bajada en relación con el nivel previo o una mejoría inhabitual ligada a un incremento repentino de horas de estudio.
Aparición de autolesiones
Los motivos por los que una adolescente se autolesiona pueden ser diversos: pueden tener que ver con la relación con los demás (evitar un acontecimiento social indeseado, pedir ayuda a un familiar que se percibe como desconocedor de este malestar, etc.) o con la gestión de las propias emociones o estados mentales (disminuir la ansiedad, sentirse viva, calmar o contrarrestar sentimientos de culpa, etc.). En definitiva, es un síntoma de un malestar emocional.
Pérdida de la menstruación
La falta de menstruación es un síntoma frecuente en casos de la conducta alimentaria. Puede aparecer una retirada total cuando hay una pérdida de peso importante o alteraciones en el ciclo menstrual.
Si la persona con TCA tiene un hermano o hermana gemela
Los hermanos gemelos tienen mayor riesgo por la predisposición genética, sobre todo en el caso de la anorexia nerviosa, pero no olvidemos que los TCA son multifactoriales, y que no es suficiente compartir genética, sino que hay que contar con los rasgos de personalidad de cada hijo y con las influencias del entorno.
Es conveniente buscar espacios para estar con los demás hijos, de modo que haya vivencias que puedan desvincularse del problema alimentario; y preguntarles cómo les afecta el trastorno del hermano o hermana. Dándoles así tiempo para disfrutar con sus padres y también para que hablen de sus sentimientos.
Igualmente, se recomienda explicar la situación al tutor o tutora de los centros educativos de los hermanos para que puedan apoyarles.
En caso de duda, es recomendable consultar al equipo profesional trate al hijo afectado, que pueden valorar hablar con los hermanos o incluirlos en una sesión familiar donde puedan expresar sus preocupaciones.
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