- ¿Un TCA en edad adulta aparece siempre en personas que lo han sufrido de jóvenes?
- ¿Puede aparecer el TCA a partir de los 30 años sin haber tenido síntomas en la adolescencia?
- ¿Cuáles son las causas de la aparición de un TCA en adultos?
- Cuando somos adultos, ¿cuáles son los factores de riesgo de tener un TCA?
- Cuando aparece en adultos, ¿se puede curar?
- ¿El porcentaje de casos de mujeres y hombres es el mismo que en adolescentes?
- ¿Hay alguna relación entre los TCA en la edad adulta y sufrir violencia machista? ¿Puede ser el TCA una somatización de este maltrato?
- ¿Dónde acudir si sospechas que tienes un TCA?
- ¿El tratamiento es crónico en las personas adultas?
- ¿Es más difícil tratar un TCA en adultos?
- ¿Cuál es el mejor tratamiento en adultos?
- Si la persona adulta que tiene un TCA se niega a ingresar, ¿cómo se debe actuar?
- En el caso de que una persona adulta ingrese en un hospital de día, ¿existe alguna diferencia de éxito o fracaso respecto a una persona más joven?
- ¿Cómo afecta al tratamiento el hecho de que la persona adulta afectada tenga un TCA de larga o de corta duración?
- ¿Cuáles son los riesgos cuando el trastorno se alarga en el tiempo?
- ¿Las recaídas de adultos en TCA son habituales? ¿Cómo se tratan?
- ¿Para qué se utilizan los antipsicóticos en los TCA?
- ¿Hay mayor riesgo de cronificación si te diagnostican un TCA en la edad adulta?
- ¿Es posible una recuperación completa de un TCA?
- ¿Cómo se sabe que el trastorno de la conducta alimentaria ha desaparecido?
- ¿Cómo gestionar los pensamientos negativos relacionados con la alimentación?
- ¿Cómo controlar la ansiedad antes y después de las comidas?
- ¿Se puede llevar una vida «normal» si tienes un TCA?
- ¿Se recomienda explicar a tus amistades que tienes un TCA?
- ¿Qué puedo hacer para modificar mi autopercepción negativa?
- ¿Es normal perder tu identidad o no saber quién eres sin TCA?
- ¿Es normal sentir nostalgia de tu yo anterior y tu cuerpo anterior?
- ¿Podéis dar herramientas para aceptar tu nuevo cuerpo y que no te sigas avergonzando de él, causando un diálogo interno muy dañino?
- ¿Cómo introducir el ejercicio nuevamente sin caer en la obsesión?
- ¿Cómo dejar de hacer atracones?
- ¿Es posible corregir la obsesión o adicción por el dulce en un trastorno por atracón, sin necesidad de recurrir a psicofármacos?
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- ¿Cómo podemos hacer entender a la persona que tiene un TCA si ella lo niega?
- ¿Cómo pueden ayudar la familia y las amistades a una persona con anorexia?
- Si una persona tiene un TCA y vive sola, ¿cómo se supervisan las ingestas y el ejercicio compensatorio?
¿Cómo podemos hacer entender a la persona que tiene un TCA si ella lo niega?
No hay que presionarla. La persona se acabará dando cuenta ya sea por cambios en su estado de ánimo, por su falta de ganas de quedar con amigos o porque no tendrá energía para hacer nada.
Sí podemos ayudarla en el ámbito emocional, comunicándonos con ella y viendo qué le pasa, siempre recordando que los problemas con la comida son la punta del iceberg.
Esta pregunta es clave ya que solo con el reconocimiento de que se tiene un problema y la aceptación de ayuda se inicia el camino de la recuperación. Nos gustaría tener una varita mágica con la que saber qué decir en cada momento para que la persona abra los ojos y vea los problemas y la gravedad de los mismos, pero muchas veces, digamos lo que digamos, no conseguimos que la persona cambie su actitud. Y es en este punto cuando te desesperas, te sientes impotente o incluso sientes rabia, que te puede llevar a culparte o a culpar a la propia persona o a otros allegados de lo que sucede. Estas actitudes son las que debemos evitar; es muy importante tener una escucha comprensiva y empática, que no juzguemos ni culpabilicemos a la persona con discursos moralizadores de lo que está bien y mal, con frases como las siguientes: «¿No te das cuenta del daño que te estás haciendo y nos estás haciendo a los demás?», «Estás en la flor de la vida. Con lo inteligente que eres, ¿no ves que así vas a acabar fatal? Sola, sin amigos… ¿Es lo que quieres?», «Necesitas tocar fondo para darte cuenta, ¡cuando ya sea tarde!», «No te das cuenta de lo delgada/o o gorda/o que estás».
Acércate con mucha paciencia, empatía y, desde la preocupación sincera, muéstrale que estás presente e insiste, pero con tono suave y pausado. Muéstrale que quieres ayudarle, porque la conoces y no acabas de verle bien, por cambios de humor, sensación de que pueda estar sufriendo… (sin hacer referencia al cuerpo). Ten paciencia, solo escucha, espera los momentos en que la persona se abra a ti, ya que esto no sucede de un día para otro.
Lo importante es buscar ayuda especializada y compartir el problema con el entorno de confianza en quien puedas apoyarte.