Activista en salud mental
«Yo ahora digo quién soy y qué me ha pasado»
«Yo ahora doy la cara, digo quién soy y lo que me ha pasado». Así se presenta María José Rodas, que ha decidido convertir su experiencia con el trastorno depresivo y con las adicciones en un ejemplo que puede servir a muchas otras personas. Miembro de la asociación TrebolMente, su participación en charlas y en grupos de ayuda mutua, las intervenciones en los medios de comunicación y su formación en programas de empoderamiento son ejemplos de su activismo en salud mental. «Ayudar a los demás es también una manera de ayudarme a mi misma, de aprender a quererme, de subirme la autoestima, y eso me ayuda a salir de mi depresión», nos confiesa.
«En la sociedad no nos pueden echar como si no existiéramos; existimos y tenemos derecho a una vida digna, eso es lo que pedimos, no pedimos nada más», reivindica, y anima a hablar de ello en todos los ámbitos. Sensibilizar a la sociedad y reivindicar las necesidades de las personas con trastornos mentales es uno de los objetivos de su labor: «La salud mental no puede ser un tabú y debemos evitar el estigma, empezando por el autoestigma que a menudo tenemos las personas afectadas».
La historia de María José, que comparte con todos nosotros, es la de una mujer que se ha recuperado de un trastorno por adicción al alcohol y a las drogas con esfuerzo, un problema de adicciones que fue causa y efecto de una depresión que está trabajando poco a poco. «Es fundamental mirarte por dentro y ver qué pasa. ¿Por qué bebes? ¿Por qué consumes? ¿Por qué eres adicta? Creo que lo que hace la adicción es tapar el problema principal», nos explica.
«En la sociedad no nos pueden echar como si no existiéramos; existimos y tenemos derecho a una vida digna, eso es lo que pedimos, no pedimos nada más»
«Cuando dejé la bebida tuve que recordar quién era y qué me gustaba», asegura. Y recordó que era una niña muy estudiosa y muy obediente, en una familia con seis hermanos, con «poco amor», una madre ausente y un padre que la invitó a beber con tan solo once años. «Cuando bebía veía que las cosas no eran tan grises, me acostaba más feliz, bueno, quizás no más feliz, pero con menos dolor». Y esa sensación la condujo a más de veinte años de adicciones, que pudo superar «gracias a un testimonio que oí en la radio de una persona de Alcohólicos Anónimos, de quien apunté el teléfono y llamé». Por eso, ahora, cada vez que es ella quien da su testimonio en la radio sólo espera que «alguien descuelgue el teléfono y me llame a mí para poder ayudarla».
María José es ahora una persona motivada por reivindicar el espacio de las personas con trastornos de salud mental en nuestra sociedad, una persona que se mueve, que habla, que se informa y se forma para poder empoderar a muchas otras personas como ella. Tiene días mejores que otros y el trastorno depresivo a menudo «boicotea» su vida social y le impide hacer algunas actividades que antes la hacían disfrutar, como ir a la piscina, pero siempre le quedan fuerzas para trabajar por una comunidad en la que todos y todas tengamos cabida. «Mis hijas y mi marido están muy orgullosos de mi», nos explica con una sonrisa. Normal.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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