Claves de éxito en la inserción laboral de las personas con problemas de salud mental
Las personas que tienen o han tenido un trastorno mental son uno de los colectivos con una tasa de paro más elevada. Pese a la dificultad que supone la inclusión laboral, tener una vida laboral satisfactoria es un factor protector de la salud mental. Trabajar nos permite sentirnos útiles, parte de una comunidad, nos facilita la relación con el entorno y crear una nueva red de relaciones personales, nos ayuda a estructurarnos los horarios y a mantener una vida activa. Es decir, la inclusión laboral se acompaña de inclusión social y comunitaria evitando así el aislamiento social y personal que muchas veces sufren estas personas.
Los centros especiales de trabajo (CET) son empresas que aseguran un trabajo remunerado a las personas con un certificado de discapacidad de más del 33% y garantizan su integración laboral.
El objetivo de un CET es productivo, pero su función es social ya que tienen como finalidad última la integración de las personas trabajadoras en el mercado de trabajo ordinario.
Los CET tienen un equipo de profesionales multidisciplinario dedicado al ajuste personal y social de las personas trabajadoras. Su plantilla está formada como mínimo de un 70% de personas trabajadoras con discapacidad.
Trabajar en un CET supone la oportunidad de adaptación de determinados aspectos laborales, pero hay que tener en cuenta que existe un contrato de trabajo y, por tanto, una exigencia de productividad y compromiso con un cumplimiento responsable de las tareas laborales asignadas.
Hay algunos aspectos clave para que la inclusión laboral de personas con trastorno mental sea un éxito desde el punto de vista del trabajador:
- Antes de empezar el reto de la inclusión laboral, es necesario que las personas sean autónomas en aspectos básicos como el cuidado personal del aspecto, el cumplimiento de horarios, la capacidad de comunicación y relación con el entorno adecuado, etc.
- Es fundamental que en el momento de iniciar el proceso de inserción la persona tenga cierta estabilidad emocional, sobre todo en las relaciones interpersonales. En el mundo laboral hay que tener una buena respuesta en situaciones de presión o conflicto que de manera ocasional se pueda presentar. O bien, capacidad para pedir ayuda para afrontarlas. El entorno laboral, a veces puede ser incierto o ambiguo y hay que desarrollar la capacidad de adaptarnos.
- Es importante tener mucha motivación personal. Una vez se consigue la oportunidad laboral, hay que mantenerla. Por ello es necesario que la motivación sea intensa. Antes de adquirir un compromiso laboral se debe haber valorado cuáles son los intereses personales y si la situación personal permitirá cumplir con los requisitos del puesto de trabajo.
- Tenemos que conocer las capacidades, habilidades y competencias propias para poder seleccionar una actividad laboral que permita a la persona sentirse cómoda. Tenemos que considerar también que siempre hay posibilidad de desarrollarlas y mejorarlas. Todas las personas tenemos capacidad para trabajar, solo falta averiguar qué puesto de trabajo es el más adecuado y qué apoyo necesitamos. Nuestras expectativas laborales deben ajustarse a nuestras posibilidades.
- Tenemos que trabajar de manera conjunta para una óptima adaptación. Las personas profesionales que nos acompañan en el proceso quieren ayudar y empoderar a las personas, pero es necesario que uno mismo confíe en sus posibilidades y que se trabaje con fluidez.
Es fundamental el autolideraje en el camino hacia la inclusión laboral a la vez que una actitud de mejora continua. Sin embargo, la responsabilidad es compartida con el equipo profesional que acompaña en el proceso. La clave de trabajo de este equipo, desde nuestra experiencia, es la de trabajar desde la vocación en una doble vertiente: la vocación de ayuda a la persona con problemática de salud mental y el fomento de la vocación profesional para la tarea realizada por parte de esta persona.
El éxito profesional está en función de la capacidad de facilitar:
- Vínculos, estableciendo relaciones que fomenten el empoderamiento construyendo un espíritu de valor personal.
- Orientación y apoyo ante cualquier situación vital.
- Corresponsabilidad a través de la participación activa en el día a día del CET y dar valor al trabajo que realizan.
- Acompañamiento por parte del personal técnico en el desarrollo de las tareas del puesto de trabajo, así como acompañamiento psicosocial para mantener en equilibrio los factores socioemocionales y ofrecer apoyo en otros aspectos de la vida.
- Competencias y formación adaptada e individualizada según la tarea desarrollada.
- Inclusión y sentido de pertenencia con el CET, valorar positivamente el formar parte del entorno laboral que le rodea.
- Abertura y flexibilidad para implantar medidas que ayuden a conciliar vida personal y laboral, fomentando el trato igualitario en derechos y deberes.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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