Es importante que los aspectos relacionados con la enfermedad y/o el tratamiento se traten en un espacio terapéutico profesional especializado. Desde el centro educativo se pueden establecer tutorías o espacios de escucha con la figura referente de la tutoría o de la orientación del centro para tratar cuestiones de acompañamiento académico, de relación con el grupo de iguales, etc. Es muy importante preservar la escuela o el instituto y las relaciones sociales propias de este espacio. Los trastornos de la conducta alimentaria son muy invasivos y afectan a todos los ámbitos de la vida de quien los sufre; que el centro educativo intervenga lo mínimo posible en las cuestiones estrictamente relacionadas con la enfermedad permite conservar un espacio funcional, de conexión con una vida infantojuvenil sana en la que las relaciones que se establecen no estén inmersas en la enfermedad.