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¿Qué deberíamos saber sobre el estigma?

Conceptos básicos: estigma social, autoestigma y proceso de estigmatización
Hilari Andrés Mora

Hilari Andrés Mora

Enfermero especialista en salud mental. Coordinador de enfermería de salud mental comunitaria
Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Estigma salud mental

Resumen

El estigma es una percepción social negativa que recae sobre individuos o grupos considerados diferentes, a menudo aplicado en contextos de salud mental, y que conlleva discriminación y prejuicios. Inicialmente definido por Goffman, este fenómeno complejo puede llevar a las personas afectadas a internalizar el estigma, experimentando autoestigmatización, lo que dificulta su recuperación y la integración social. El proceso de estigmatización incluye etiquetado, estereotipos, separación, prejuicios y discriminación, que se manifiestan estructuralmente y afectan los derechos y el acceso a servicios de las personas. Combatir el estigma es fundamental para la igualdad de derechos y la inclusión social.
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¿Qué es el estigma?

El término «estigma» proviene del griego y significa atravesar, hacer un agujero; y según la Real Academia Española se define como «Desdoro, afrenta, mala fama». Si trasladamos estas definiciones a nivel sociológico, el proceso de estigmatización es el conjunto de actitudes y creencias falsas (estereotipos y prejuicios) que desacreditan o rechazan (discriminación) a una persona o a un grupo social por considerarlos diferentes, devaluándolos y con importantes consecuencias sobre el modo en que se percibe a ellos mismos (autoestigma). 

En el ámbito sanitario y social, el proceso de estigmatización se ha utilizado para señalar de forma negativa una condición, rasgo o comportamiento sociocultural, funcional, físico o mental, así como la raza, etnia, edad, sexo, identidad sexual, nacionalidad, creencia o religión.

Según Patrick Corrigan, director del National Consortium for Stigma and Empowerment, el estigma hacia las personas con problemas de salud mental «está en la misma categoría que el racismo, sexismo, edadismo…Así que la clase de prejuicio, discriminación, que sabemos que la gente de color experimenta es una injusticia que se aplica también a las personas con trastorno mental». (Corrigan, 2004)

El estigma supone una barrera para la interacción social y para el acceso a las condiciones básicas para ejercer como ciudadanos de pleno derecho.

De este modo, se despiertan en la sociedad reacciones contra las personas que tienen un problema de salud mental, con falsas creencias como que «son peligrosas, incompetentes, culpables de su trastorno e impredecibles». Y la misma persona integra o autoestigmatiza estos conceptos: «Soy peligrosa, incompetente y culpable». 

Además de tener efectos directos sobre la dignidad y autoestima de las personas, el estigma supone una barrera para la interacción social y para el acceso a las condiciones básicas para ejercer como ciudadanos de pleno derecho a los servicios de atención sanitarios y sociales.

¿Qué es el estigma social? 

Si observamos el uso común del término  «estigma», parece ser un fenómeno único y sencillo. Sin embargo, al abordar el problema y analizarlo, hay que considerar la variedad de terminología relacionada socialmente y utilizada cuando nos referimos a estigma, como «discriminación», «prejuicio», «actitudes sociales negativas», «etiqueta» o «rechazo», entre otras.

El sociólogo E. Goffman, en los años sesenta, definía el estigma como «una situación del individuo inhabilitado para la plena aceptación social» (Goffman, 1963), asociando el estigma a tres rasgos: «defectos físicos», «defectos de carácter» y «factores étnicos o tribales», lo que en la actualidad serían rasgos físicos, psicológicos y socioculturales

El estigma, tal como incide la entidad Obertament,  es un fenómeno social, complejo y multidimensional. En el caso de la salud mental, constituye un problema global, y la lucha por erradicarlo debería ser una prioridad en cualquier sociedad democrática y libre.

¿Qué es el autoestigma?

Las personas que tienen problemas de salud mental a menudo experimentan opiniones y sentimientos contradictorios y frecuentemente negativos, y se les suelen despertar las mismas reacciones que a la sociedad, adoptando comportamientos y manifestando actitudes similares a los de la población en general, como aceptar estereotipos y prejuicios sociales relacionados con la violencia, la peligrosidad, la incapacidad de manejo y la incurabilidad, a la vez que se enfrentan a los efectos de su propio trastorno mental.

El autoestigma es una de las grandes dificultades para la recuperación de las personas con problemas de salud mental, pues les impide su integración en la comunidad y la creación de proyectos de vida.

Para Jennifer Boyd, profesora de la  University of California, «el mayor reto de las personas que presentan dificultades de salud mental es recuperarse del estigma que está dentro de ellas. Esto es lo que les impide acercarse a aquellas cosas que son importantes para ellas; una tragedia real que incrementa los síntomas del trastorno mental, que ya son suficientemente graves». (Cátedra UCM - Grupo 5 Contra el Estigma, 2021).

El estigma social, y especialmente el autoestigma, en el ámbito de salud mental es la gran dificultad para la recuperación, pues impide la integración en la comunidad y la creación de proyectos de vida de las personas.

Estigma personas trastorno salud mental prisión

¿El estigma está presente entre los profesionales de salud mental?

¿Por qué estigmatizamos?

La gente rechaza y discrimina a través de la asociación de un conjunto de actitudes, siguiendo seis pasos conocidos como el proceso de estigmatización, que todos deberíamos romper de una vez.

1. El etiquetado

La distinción e identificación de una determinada diferencia o marca que afecta negativamente a un grupo de personas, en este caso, a las personas con problemas de salud mental. La misma etiqueta de «enfermo mental» arroja opiniones, prejuicios y sentimientos personales, independientemente de las conductas de las personas etiquetadas.

2. Los estereotipos

Son el conjunto de características desfavorables que asociamos a las personas etiquetadas, basadas en creencias falsas, como la violencia, la peligrosidad, la incompetencia o la falta de voluntad. Los medios de comunicación juegan aquí un papel importante, como altavoces del estigma.

3. La distancia o separación

Implica considerar a las personas con trastorno de salud mental como un grupo aparte y diferente, creando una división entre «ellos» y «nosotros».

La discriminación se manifiesta como una barrera en el ejercicio de derechos y en el acceso a servicios, y se observa en áreas como el acceso a la vivienda y el empleo, o en relaciones sociales significativas. 

4. Los prejuicios

Se dan cuando, sin experiencia directa ni real, hay conformidad con las creencias, opiniones y valoraciones previas, generalmente desfavorables, con repercusiones emocionales tanto en quienes estigmatizan (miedo, ansiedad, irritación, compasión, repulsión, pena) como en quienes resultan estigmatizados (miedo, ansiedad, vergüenza, irritabilidad, incapacidad). A menudo son subestimadas, pero son relevantes en el refuerzo del estigma y en sus consecuencias sobre la conducta.

5. La discriminación 

La atribución de características negativas a las personas con problemas de salud mental predispone la actitud que tenemos hacia ellas, tanto en el uso de un lenguaje discriminatorio, como con comportamientos paternalistas, infantilizadores y de desacreditación, rechazo, condescendencia, sobreprotección y control. 

La discriminación también se manifiesta como barrera en el ejercicio de derechos y en el acceso a servicios, lo cual tiene un impacto significativo en los efectos del trastorno mental. Se observa discriminación directa en áreas como el acceso a la vivienda y el empleo, o en relaciones sociales significativas como la pareja y la amistades. 

Portada monografico qualityrights

Implementando los QualityRights

Un paso al frente para garantizar los derechos en salud mental

Monográfico

Además, las discriminaciones se reflejan en el incumplimiento de los principios éticos universales como son:

  • La  justicia: no equidad en la calidad de la atención en salud mental por falta de evidencia en los tratamientos y pronósticos o la priorización de recursos.
  • La autonomía: no derecho a decidir por uno mismo.
  • La libertad: judicializar la atención, aplicación de medidas restrictivas con tratamientos involuntarios, el aislamiento, contenciones mecánicas, etc.

6. La discriminación estructural

También conocida como asimetría de poder, «nosotros por encima de ellos», se refiere a la presencia de factores o dimensiones estructurales de entidades públicas, políticas, servicios o procedimientos en los cuales se practica la estigmatización y no se respetan los derechos.