El adolescente con trastorno del espectro del autismo
Con frecuencia muchos padres se cuestionan cómo afrontarán sus hijos esta nueva etapa de la adolescencia, cómo se manejarán en el mundo social, cómo se organizarán con las tareas académicas o cómo se ocuparán de sus propios hábitos de higiene y cuidado. Las respuestas a estas preguntas se complican cuando pensamos en adolescentes con TEA.
Las dificultades para relacionarse con otras personas y en muchos casos para controlar su conducta o para organizarse a nivel de tareas, puede interferir en el día a día del adolescente. Además, la hipersensibilidad sensorial puede hacer que les cueste integrar hábitos de higiene, como la ducha, interfiriendo también en aspectos de las relaciones sociales.
Las características y particularidades propias del TEA, al tratarse de una condición del neurodesarrollo, acompañan a la persona a lo largo de toda su vida. Por lo tanto, será recomendable que el adolescente esté vinculado a un equipo especialista de salud mental y que tenga apoyos o supervisión en los distintos ámbitos donde se desarrolla (entorno escolar, salud, ocio). Además, es importante estar alerta a situaciones de crisis, las cuales se pueden dar con mayor probabilidad ante momentos de mayor dificultad, cambios o nuevos retos.
Desarrollo socioemocional en el adolescente con TEA
La conciencia emocional es el primer paso en el desarrollo de las competencias emocionales y es un área de dificultad para las personas con TEA. Con frecuencia, estos adolescentes tienen dificultades para identificar y expresar sus propias emociones y esto hace que la gestión emocional sea más complicada.
Conciencia emocional
La consciencia emocional es el primer paso en el desarrollo de las competencias emocionales y es un área de dificultad para las personas con TEA. Con frecuencia, estos adolescentes tienen dificultades para identificar y expresar sus propias emociones y esto hace que la gestión emocional sea más complicada.
Para favorecer la conciencia emocional se recomienda:
- Ayudar al adolescente a entrar en contacto con sus propias emociones, creando espacios para la calma y poniendo nombre a sus emociones.
- Favorecer momentos que permitan la comunicación y en los que se sientan escuchados.
- Es posible que la comunicación sea limitada, pero se les puede ayudar a asociar sus sensaciones físicas a emociones (por ejemplo, asociar el malestar abdominal al miedo) y a poner nombre a sus sentimientos.
Autoestima
Los adolescentes con TEA muestran menores niveles de autoestima que los adolescentes de desarrollo típico. En cuanto al desarrollo del autoconcepto y la identidad, en muchas ocasiones los adolescentes con TEA tienden a mostrar un pensamiento más rígido y concreto, con dificultades para la flexibilidad cognitiva y para adquirir conceptos más abstractos.
Algunas recomendaciones para favorecer la autoestima son:
- Transmitir seguridad y confianza al adolescente.
- Es importante que se sienta apoyado y que se valoren sus logros y esfuerzos.
- Dedicar tiempo de calidad para realizar actividades de ocio juntos o compartir intereses.
- Ante comportamientos inadecuados, se recomienda poner límites de forma clara, pero evitando etiquetar a la persona.
Regulación emocional
En adolescentes con TEA se han observado dificultades en la regulación emocional, con presencia de reacciones emocionales desproporcionadas y poco ajustadas a la situación. En general, muestran más riesgo de presentar alteraciones psicológicas como depresión o ansiedad. En muchos casos, dichas alteraciones están relacionadas con el deseo de formar parte de un grupo y la conciencia de sus propias dificultades para ello. Es importante tener en cuenta que la presencia de ansiedad puede aumentar las dificultades en el funcionamiento social, ya que el aumento de hiperactivación física o fisiológica durante los estados de ansiedad puede dificultar la interpretación de claves sociales y la respuesta social apropiada.
En ocasiones, las dificultades en regulación emocional unidas a los problemas de comprensión social y la tendencia a la rigidez pueden dar lugar a problemas de comportamiento o conductas desadaptativas. En algunos casos pueden aumentar las conductas agresivas hacia ellos mismos o hacia otras personas, especialmente en el caso de los adolescentes con TEA con escaso lenguaje verbal.
La mejor estrategia para manejar los problemas de conducta es actuar antes de que realmente llegue a haber problemas importantes.
Algunas claves para prevenir los problemas de conducta y de regulación emocional son:
Adaptar las características del entorno:
- Rutinas claras y estables.
- Ambiente estructurado y organizado con estímulos que ayuden a transmitir seguridad y control.
- Anticipación.
- Ayudas visuales.
- Control de estímulos: evitar estímulos que sabemos que ocasionan malestar.
Cambiar el comportamiento de las personas que rodean al niño o adolescente.
- Prestar atención al estado emocional del adolescente y los posibles signos de ansiedad o depresión.
- Uso del refuerzo positivo
- En algunos casos, uso de técnicas como economía de fichas, que consiste en «pactar» privilegios (refuerzos) que solo se conseguirán a cambio de realizar otras tareas.
- Asegurar la motivación, atención a los intereses del adolescente.
- Dar instrucciones de forma adecuada: acercarse al adolescente y colocarse delante para asegurar que presta atención; dar órdenes claras, simples y bien definidas.
- No se recomienda amenazar ni castigar, sino motivar al adolescente y reforzar mucho socialmente si hace lo que se le ha pedido.
- Los adultos han de mantener la calma y evitar mostrar ansiedad o pérdida de control.
- Es importante ser coherente con uno mismo y cumplir los pactos que se dicen, como las recompensas. La coherencia debe también mantenerse entre los diferentes adultos.
- Retirar la atención de las conductas poco apropiadas (esto se conoce como extinción).
Ayudar al desarrollo de habilidades:
- Favorecer la mejora de habilidades de comunicación e interacción social, a través de programas terapéuticos específicos.
- Ayudar al desarrollo de habilidades de planificación y flexibilidad ante los cambios. Se recomienda el uso de horarios visuales, calendarios visuales e historias sociales (ya comentadas previamente).
- Uso de historias sociales y guiones sociales, que ayuden a saber qué va a pasar y qué se espera de ellos.
- Ante una emoción negativa como la rabia, el miedo o la tristeza, es recomendable ofrecer ayuda para expresarla y gestionarla de forma apropiada. Pueden usarse imágenes que le ayuden a expresar su malestar.
- Ante los problemas de conducta y las conductas desadaptativas, es importante mantener apoyos y ayudas tanto en el ámbito escolar como en el contexto familiar. Suele ser útil el uso de ayudas visuales para anticipación.
- Favorecer las emociones positivas, promoviendo actividades que ayuden al desarrollo de la motivación, la curiosidad, la alegría o la calma.
- Entrenar en habilidades de resolución de conflictos: ante algún conflicto o problema concreto, es útil ayudarles a pensar las diferentes opciones sobre cómo podrían haber actuado y las consecuencias que habrían conseguido. En casos de problemas graves de conducta, se requerirá la intervención de profesionales específicos que ayuden en el manejo de la conducta problemática.
- Asegurar estabilidad en las rutinas y en el contexto ambiental, anticipando cambios.
- Modificar el comportamiento de las personas del entorno. Por ejemplo, es importante que profesores y familiares aprendan a manejar la conducta de forma adecuada, haciendo uso de estrategias como refuerzo positivo y ayudando a la regulación emocional en momentos difíciles.
- Conocer bien al adolescente, su contexto, sus preferencias, sus intereses. Respetar su dignidad.
Empatía
Por otra parte, las personas con TEA presentan dificultades en empatía, mostrando así problemas en el reconocimiento de las emociones y en la atribución de estados mentales, como creencias, deseos o intenciones de otras
personas. Esta baja capacidad de empatía puede hacer que vean las situaciones únicamente desde su propia perspectiva y que muestren dificultades para entender por qué las otras personas se sienten de forma diferente.
Recomendaciones para favorecer la empatía:
- Es importante que los adultos sean buenos modelos y que sean capaces de reconocer las emociones de los adolescentes y actuar en consecuencia.
- Mantener diálogos que permitan manifestar las propias emociones y tomar conciencia de las emociones de otras personas.
- Los adolescentes con TEA pueden necesitar ayuda para «leer» el lenguaje corporal y entender la comunicación no verbal.
Este es un artículo original de FAROS. Para más información sobre la comunicación familiar, consultad el 12º Informe FAROS «Una mirada a la salud mental de los adolescentes - Claves para comprenderlos y acompañarlos».
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