¿Por qué algunos niños tienen problemas de conducta?
Para las familias los problemas de conducta de sus hijos suponen un impacto negativo y la desestabilización de la dinámica familiar. Los padres no saben cómo actuar o qué estrategias son adecuadas ante los comportamientos de sus hijos y crea frustración y resentimiento en la familia.
Sin embargo, que los jóvenes tengan rabietas o enfados frecuentes o intensos no significa que padezcan un trastorno más grave; más bien es una señal de que se está en el proceso de desarrollar las habilidades necesarias para poder hacer frente a los sentimientos o emociones (frustración, ansiedad, ira, etc.) y aprendiendo a gestionarlos adecuadamente. Mostrando que el niño se está volviendo más independiente, está probando límites, desarrollando las habilidades y explorando el mundo que lo rodea durante la adolescencia. Conseguir manejar las emociones de forma sana requiere de la adquisición de las siguientes habilidades:
- Control de impulsos
- Autorregulación emocional
- Resolución de problemas
- Retrasar la gratificación
- Negociar
- Comunicar deseos y necesidades adultos
- Saber qué es apropiado o esperado en una situación determinada
El comportamiento perturbador o desafiante se puede aprender
Como padres a menudo se tiene la sensación que la conducta problemática es intencionada o manipuladora. Sin embargo, las rabietas, en general, no son un comportamiento voluntario de un niño, pero si lo que se conoce como «comportamiento aprendido»: aprendiendo que con este tipo de actitudes consiguen el resultado deseado. Por ejemplo, un niño o niña que está aprendiendo a controlar sus emociones puede recurrir a la rabieta porque ha aprendido que es la mejor forma de comunicar sus necesidades. Sus padres, con la mejor de las intenciones, tienden a consolar a los niños y solucionar el problema; como consecuencia están reforzando esa conducta.
¿Cuándo he de acudir a un profesional?
Sospechas de que estamos ante un problema de conducta grave:
- Cuando estas rabietas son frecuentes o intensas
- Cuando el comportamiento se vuelve inapropiado o extremo para la edad
- Cuando parece que no pueden controlar su temperamento gran parte del tiempo
Señales que podemos observar:
- Cuando el problema de conducta interfiere con su capacidad para hacer amigos o llevarse bien con los demás.
- Cuando el problema de conducta está causando muchos conflictos en el hogar y perturbando la vida familiar.
- Cuando el niño siente que no puede controlar su ira y eso lo hace sentir mal consigo mismo.
- Cuando su comportamiento está causando problemas en la escuela con sus maestros o sus compañeros de estudios.
- Cuando su comportamiento es peligroso para él/ella o para los demás.
Si como padre te preocupa el comportamiento o tienes dificultades para manejar la situación puedes acudir a un especialista con experiencia en salud mental infanto-juvenil. El especialista podrá realizar una evaluación y observar si existe algún tipo de trastorno, así como dotar de estrategias útiles o tratamientos.
Trastornos de salud mental causantes de los problemas de conducta
A continuación, se muestran algunos de los trastornos y otras dificultades que se asocian con los problemas de conducta. Pues no solo los trastornos de conducta son los responsables del mal comportamiento, sino que existen otros que también se expresan así.
- Trastorno de desregulación disruptiva del estado del ánimo (TDDEA): muestran una elevada respuesta emocional y pobres habilidades de autorregulación experimentando arrebatos desproporcionados, frecuentes y graves de temperamento.
- Ansiedad: tener dificultades para afrontar las situaciones que causan angustia, una de las formas de expresión puede ser el enojo y conductas desafiantes.
- Trauma: niños con experiencias traumáticas enmascaran su dolor con comportamientos a agresivos (mecanismo de lucha).
- Problemas de aprendizaje: se sienten frustrados y avergonzados ante las dificultades en clase y en lugar de pedir ayuda se portan mal para distraerse de la problemática real.
- Problemas de procesamiento sensorial: niños muy sensibles (o poco) a la información sensorial no saben gestionarlo y pueden tener comportamientos agresivos.
- Autismo: suelen ser niños rígidos, hipersensibles, pueden tener dificultades para expresar sus necesidades y como consecuencia pueden tener problemas de conducta para expresar su malestar.
- Trastornos disruptivos y del control de los impulsos. La categoría de trastornos que según el DSM-V (Manual diagnóstico de Psiquiatría) se caracteriza por problema de comportamiento graves, podemos encontrar:
- Trastorno negativista desafiante
- Trastorno explosivo-intermitente
- Trastorno de conducta
- Trastorno de personalidad antisocial
- Piromanía
- Cleptomanía
Este es un artículo original del 12º Informe FAROS «Una mirada a la salud mental de los adolescentes - Claves para comprenderlos y acompañarlos».
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