- ¿Haber tenido un trastorno alimentario puede afectar la fertilidad de una mujer?
- ¿Es peligroso quedarse embarazada teniendo una anorexia o una bulimia?
- Mi hija tiene 17 años, tiene una anorexia nerviosa y hace tiempo que no tiene la regla. ¿La volverá a tener algún día y podrá ser madre?
- ¿Cómo puede afectar un trastorno como el ARFID o la anorexia al desarrollo del feto?
- Me estoy recuperando de un TCA y quiero ser mamá, pero me da miedo no ser capaz de aguantar los cambios en mi cuerpo. ¿Qué puedo hacer?
- Estoy obsesionada en recuperar mi figura después de haber sido madre… ¿Puede ser que pueda tener un trastorno alimentario ahora?
- ¿De qué manera me puedo preparar para llevar bien el embarazo?
- ¿Puedo dar el pecho a mi bebé si tengo un TCA?
- Tengo dificultades para dar de comer a mis hijos sin agobiarme ni sufrir. ¿Cómo lo puedo hacer?
- He tenido problemas con la comida toda la vida y ahora que soy madre tengo miedo de pasarle esta obsesión a mi hija sin querer…
- ¿Qué signos podemos detectar en una mujer embarazada para saber que está desarrollando un TCA?
- ¿Cómo podemos acompañar como comadronas a una mujer con TCA?
- ¿Las mujeres con TCA que quieren ser madres deben seguir un tratamiento especial?
- ¿Cómo podemos ayudar a una mujer con TCA para que tenga una lactancia materna exclusiva sin que suponga una presión mental excesiva?
Me estoy recuperando de un TCA y quiero ser mamá, pero me da miedo no ser capaz de aguantar los cambios en mi cuerpo. ¿Qué puedo hacer?
Primero de todo, quiero poner en valor que estés en proceso de recuperación y lo positivo que es que puedas identificar y expresar tus miedos. Como sabrás, la recuperación es un proceso difícil, que requiere de mucho compromiso y coherencia constante para ir soltando, no sólo la restricción, sino también las creencias limitantes y las conductas desadaptativas. Mirar hacia esos miedos, cuestionarlos y decidir qué hacer con ellos también es parte de ese camino.
Te animo a seguir trabajando, y a rodearte de profesionales especializados que te acompañen en el proceso de aceptación de la imagen corporal y de su naturaleza cambiante, pero no sólo desde el amor propio o autoestima, sino también cuestionando las voces externas, los mandatos sociales, la presión estética y la gordofobia. Siendo crítica con todos esos mensajes que recibimos desde niñas y que nos hacen creer que deberíamos mantenernos inmutables a lo largo del tiempo y esforzarnos continuamente por mantener el mínimo peso que tuvimos, ocultar nuestro cansancio, nuestras estrías, disimular celulitis, nuestras arrugas, tapar los poros, teñirnos las canas; en este caso se nos insta a volver al cuerpo de antes, como si no hubiera pasado nada. En definitiva, disimularnos y borrar de nosotras cualquier señal de vida.
Debemos ser críticas con todos esos mensajes que recibimos desde niñas y que nos hacen creer que deberíamos mantenernos inmutables a lo largo del tiempo y esforzarnos continuamente por mantener el peso que tuvimos.
Socialmente, parece que si no haces nada por disimularte es que «te estás descuidando», que «te has echado a perder», incluso que te falta de amor propio. Yo creo firmemente que es ilógico pensar que la lucha contra el cuerpo cambiante que somos sea la premisa para amarnos. Nuestros cuerpos no son estáticos, el cuerpo cambia y es (o debería ser) lo deseable y lo natural.
