Técnicas de relajación como abordaje terapéutico para la ansiedad
Los trastornos de ansiedad, junto con la depresión, suponen la patología mental más frecuente en nuestra sociedad, llegando a afectar más de un 15% de las personas a lo largo de su vida.
El estudio The European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMeD) sobre la prevalencia de los trastornos mentales en Europa llevado a cabo en 6 países europeos concluyó que alrededor de un 25% de la población mundial sufrirá algún trastorno mental a lo largo de la vida y que un 10% lo ha sufrido en el último año; siendo los más frecuentes los trastornos del estado de ánimo con un 14% de prevalencia y los trastornos de ansiedad con un 13’6% (Alonso et al., 2002).
Varias investigaciones coinciden en que, en la actualidad, prácticamente el 30% de las consultas en el primer nivel de atención sanitaria están relacionadas con sintomatología ansiosa (García et al., 2013).
La ansiedad es un estado del organismo en el que éste se sitúa en alerta respecto a una amenaza a su integridad (física o psicológica) con el objeto de posibilitar un gasto suplementario de energía.
La ansiedad es capaz de prepararnos ante una situación que nos plantea alguna dificultad o algún reto. Esta ansiedad que llamaríamos normal, será la que nos facilitará una mejor respuesta ante cualquier estímulo potencialmente amenazante.
Cuando la ansiedad presente no es adaptativa, o el peligro o estímulo presente no es real, o cuando su nivel de activación y duración es desproporcionado respecto a la situación objetiva, pasa a ser patológica.
La clínica ansiosa puede llevar a la persona a ver reducida su autonomía y funcionalidad, llegando en algunos casos a altos niveles de incapacitación para mantener y manejar sus actividades de la vida diaria (AVD), lo que genera aumento de vulnerabilidad.
Intervenciones psicoterapéuticas como complemento a la prescripción de fármacos
En la actualidad, el abordaje terapéutico que más se utiliza para el control o manejo de la ansiedad es la prescripción de fármacos ansiolíticos, hipnóticos y antidepresivos, pasando a un segundo plano el tratamiento psicoterapéutico o psicoeducativo.
El trabajo multidisciplinar ha permitido en muchos servicios la implementación de una mayor diversidad de abordajes tanto psicoterapéuticos como psicoeducativos, en la mayoría de casos complementarios al farmacológico.
La gran mayoría de estas intervenciones no farmacológicas están siendo realizadas tanto por profesionales de la psicología clínica como por enfermeras especialistas en salud mental.
Una de las intervenciones psicoterapéuticas o psicoeducativas más utilizadas, sobre todo a nivel comunitario, tanto a nivel individual como grupal, son las técnicas de relajación.
Entendemos como técnicas de relajación los diferentes procedimientos cuyo objetivo es proporcionar a una persona mecanismos propios para controlar su nivel de activación. Es la estrategia más utilizada para reducir los niveles de activación psicofisiológica y así paliar los síntomas físicos provocados por la ansiedad (Nalgo, 2016).
La relajación es un estado, conseguido de manera consciente y controlada, que se caracteriza por un descenso del nivel de activación fisiológica y psicológica. Dicho estado de relajación proporciona a la persona un incremento del bienestar y una mayor tranquilidad y adaptación al medio.
La relajación puede usarse como única intervención o juntamente con otras (Cerdá et al., 2017) para así potenciar su eficacia, siendo efectivas en diferentes estados o patologías de salud mental tales como el insomnio (Irwin,2006), cuadros de ansiedad (Manzoni, 2008), la cefalea en adolescentes (Larsson, 2006), cuadros depresivos (Jorm, 2008), situaciones de estrés (Esch, 2003).
En el «Catàleg d’actuacions no farmacològiques en Salut Mental a l’Atenció Primària» del Institut Català de la Salut, por ejemplo, cabe destacar las técnicas de respiración, relajación/meditación, actividad física y musicoterapia como técnicas con un elevado nivel de evidencia científica en el abordaje de la ansiedad.
En cuanto a técnicas de relajación específicas, existe evidencia científica de que el uso de técnicas de relajación como el entrenamiento autógeno y la relajación progresiva de Jacobson, reducen significativamente la ansiedad en los usuarios (Lopera, M.J., 2013)
¿Qué tienen en común las terapias de relajación?
En líneas generales diríamos que lo distintos métodos o ejercicios de relajación contienen rasgos comunes definidos por Lichstein (1988), en lo que siempre hay alguno de los siguientes elementos:
- Reestructuración cognitiva: modificación de los modelos de pensamiento consciente a fin de fomentar comportamientos que den mejores resultados.
- Relajación para reducir la estimulación fisiológica.
- Habilidades sociales y entrenamiento de la autoafirmación para intensificar la actividad interpersonal.
- Autocontrol. Consiste en reconocer los elementos que producen estrés, anotando su aparición y observando el nivel de estrés que generan. El autocontrol alienta al individuo a que asuma una visión más objetiva de sí mismo, así como a elaborar un esquema de su progreso.
Desde mi experiencia en la red de salud mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, la mayoría de abordajes realizados en el ámbito comunitario en el que se emplean técnicas de relajación por parte de las enfermeras especializadas en salud mental, tanto individuales como en grupo, dan como resultado una mejoría clínica objetivable en la persona atendida.
En un alto número de casos se puede observar una disminución media en la escala de Hamilton para la ansiedad de unos 8-10 puntos una vez finalizado el abordaje terapéutico, a la vez que una reducción en la toma de medicación tanto ansiolítica como hipnótica.
Si tienes pensamientos suicidas, pide ayuda:
También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.
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024
Línea de atención a la conducta suicida -
061
Salut Respon -
900 925 555
Teléfono de prevención del suicidio de Barcelona