Es bastante frecuente que las personas con TEA presenten otras dificultades y a veces otros trastornos - le llamamos comorbilidad- como el TDAH, con lo que tenemos personas con dificultades atencionales, de hiperactividad, y el manejo ya es más complejo.
En las actividades de la vida diaria, como ducharse, vestirse o comer, es importante establecer una rutina, una secuenciación que permita avanzarle al niño o niña qué es lo que va a hacer durante el día y en qué orden. Las normas y las rutinas les dan seguridad porque ellos anticipan los acontecimientos. Precisamente, los niños con TEA a menudo son muy rígidos a nivel cognitivo y necesitan esta seguridad y esta estructura.
Un elemento que puede ayudar es utilizar una agenda visual para anticipar las actividades del día a día, esto facilitará su cumplimiento y reducirá los comportamientos disruptivos.
Y sobre todo mensajes sencillos y claros, no por repetirlo muchas veces nos va a entender mejor. A veces es necesario repetir el mensaje una o dos veces y dejarle el espacio para que el niño lo pueda hacer. A veces damos muchas órdenes seguidas y al niño lo estamos colapsando.
En la mayoría de los casos, la presencia de conductas problemáticas son el resultado de que la persona tiene deseos y necesidades no cubiertas, de que la persona presenta dificultades en las habilidades de comunicación o de que carece del control apropiado de su entorno físico y social. Por tanto, generalmente las conductas problemáticas tienen una función.
Técnicas para la reducción y manejo de conductas inadecuadas
- Anticipación y prevención:
- Cambiar de actividad: podemos hacer otra cosa que sepamos que le gusta como opción a algo que le está irritando.
- Permitir que exprese lo que le molesta o no quiere seguir haciendo.
- Avisar: decirle que está haciendo algo inapropiado, explicarle las consecuencias que recibirá si no deja la conducta negativa y además darle la alternativa de cómo puede hacerlo de forma apropiada.
- Tiempo fuera (niños pequeños)
- Extinción
- Refuerzo positivo
Respecto al uso del móvil o dispositivos electrónicos hay que trabajarlo como con todos los niños o adolescentes. Es importante limitar el uso, establecer días y tiempo de uso e indicarlo en un formato visual (en un papel o cartulina), así no hay duda ni interpretaciones erróneas de cuando se puede utilizar y el tiempo de uso.
También es interesante reforzar positivamente cuando se cumple y establecer y pactar si es necesario un privilegio, como un poco más de juego otro día, adaptándolo según edad. Si no cumple con lo acordado, si es necesario se puede consensuar no usar el dispositivo otro día.
Es importante anticipar, limitar y cumplir con lo pactado.