Ejercicio y deporte para la mejora de la salud y el bienestar
Los programas deportivos para personas con trastornos de salud mental son una intervención eficaz para mejorar la salud y el bienestar de este colectivo.
En sport2live desarrollamos, desde 2013, programas de salud, ejercicio y deporte para el colectivo de personas con trastornos de salud mental y/o problemas de drogas y otras adicciones. Actualmente más de 1.000 personas entrenan cada semana en los más de 50 programas que desarrollamos en Cataluña, Baleares, Castilla-León y Madrid. Desde nuestra fundación hemos desarrollado más de 6.000 horas de programas deportivos para el colectivo de personas con problemas de salud mental y/o adicciones.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 150 minutos de ejercicio y deporte a la semana para las personas mayores de 18 años. Las personas con trastornos de salud mental hacen un 50% menos de ejercicio y deporte que la población general.
Ángel González Martín
La incorporación de programas de ejercicio y deporte para este colectivo se establece como una excelente herramienta para la mejora de la salud tanto física como psicológica (Vancampfort et al., 2015). La incorporación del ejercicio y el deporte en los programas de abordaje para este colectivo deben incluir el ejercicio y el deporte como un elemento de salud y no tanto como una opción de ocio ya que, en el caso de personas con problemas de adicción, normalmente el ocio lo tienen asociado a rutinas poco saludables.
La incorporación de programa de ejercicio y deporte debe realizarse bajo ciertas premisas que permitirán:
- Adherencia al programa deportivo.
- Mejora de la salud.
- Mejora de la alianza terapéutica con los equipos socio-sanitarios.
- Escucha activa sobre sus deseos y expectativas hacia la práctica deportiva.
- Generar espacios seguros, no heteronormativos que favorezcan el empoderamiento de las personas participantes.
Los objetivos de este tipo de programa deben alinearse hacia:
La mejora de la salud y ofrecer un propósito en la vida
En muchos casos las personas con trastornos de salud mental presentan carencias en un propósito de vida claro, ya sea por los efectos de la propia enfermedad o por los efectos de las medicaciones. Los programas de ejercicio y deporte deben orientarse para suplir o paliar estas carencias y establecerse como pilares en los procesos de recuperación o remisión de los síntomas. Son necesarios programas específicos para este colectivo a fin de romper las barreras hacia el deporte como son la falta de apoyo social, espacios discriminatorios, falta de confianza, desconocimiento del entrenamiento, falta de información de los beneficios de ejercicio físico (Pedley et al., 2018), espacios excesivamente heteronormativos que dificultan el acceso al colectivo LGTBIQA+, etc.
Programas de salud y ejercicio creados ad-hoc para el colectivo de personas con trastornos de salud mental permiten generar adherencia hacia el ejercicio físico y provocar un cambio de estilo de vida.
Este tipo de programas deportivos deben facilitar acceso a instalaciones deportivas de alto nivel con servicios adecuados de duchas y vestuarios ya que ayuda que dispongan de espacios de higiene personal adecuados. Estos espacios generan vinculación al programa deportivo. Instalaciones adecuadas, donde las personas puedan ser socias, que las sientan propias les permiten tener un entorno seguro durante el horario de apertura.
Los programas de ejercicio y deporte palian el deterioro físico, cognitivo y mental que pueden presentar las personas de este colectivo. Personas con menor deterioro físico y mental son personas más capacitadas para tomar decisiones serenas sobre su vida, su proyecto vital y la adherencia a los programas de recuperación.
También previene la sintomatología de la depresión, ansiedad y la psicosis (Rosenbaum et al., 2020).
Los programas deben estar diseñados, dirigidos y supervisados por personal cualificado con grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte con capacidad para desarrollar los programas con la seguridad y profesionalidad que estas personas merecen. Las personas con trastornos de salud mental presentan lesiones y patologías que deben conocerse a la hora de implementar programas de salud, ejercicio y deporte. El conocimiento de un deporte, su práctica habitual y prolongada, las ganas o la buena voluntad no es suficiente, y en muchos casos es contraproducente. La Ley 3/2008, de 23 de abril, del ejercicio de las profesiones del deporte indica que solo las personas con titulación suficiente (INEF, CAFE o Grados medios o superiores en actividad física) pueden desarrollar programas de salud, ejercicio y deporte para personas con trastornos de salud mental.
Un propósito en la vida
Las personas con trastornos de salud mental, en ocasiones, han perdido su propósito en la vida y los programas de ejercicio y deporte pueden ser catalizadores de recuperar ese propósito. Ir a entrenar cada día, practicar boxeo o jugar un partido de fútbol, básquet o hándbol puede conectar emociones relativas a la infancia y la adolescencia temprana que faciliten un deseo de «volver» a ser felices como en tiempos pasados. Hay miles de ejemplos de personas que han reconectado con un propósito vital a través del deporte. Experiencias como street soccer, programas de boxeo, campeonatos de fútbol y básquet, equipos de trail-running que facilitaron la conexión con la naturaleza o los programas de triatlón que sport2live desarrollo en los años 2013-2018. Programas de investigación Erasmus+ como Reintegration through Sport - The role of Sport in Addiction Recovery ofrecen evidencia de la contribución del deporte y la actividad física como elemento vital al ofrecer una amplia gama de beneficios a largo plazo para la salud mental y física de las personas con trastornos de salud mental. Son ejemplos de cómo el ejercicio y el deporte ayuda a crear ese propósito vital tan importante a la hora de desarrollar una vida plena, ordenada y feliz.
Los programas de ejercicio y deporte para las personas con trastornos de salud mental presentan índices óptimos coste-beneficio y deben incorporarse en todos los abordajes, en los programas de las entidades que trabajan con este colectivo o en los programas públicos dirigidos a mejorar la salud y el bienestar de las personas con consumos de sustancias no prescritas.
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