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Arteterapia, una alternativa de expresión en los trastornos psicóticos

Conectar, dar forma y trabajar las emociones
Alicia Vallejo Palacios

Alicia Vallejo Palacios

Terapeuta ocupacional y arteterapeuta. Servicio de rehabilitación comunitaria Viladecans
Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Arteterapia

La arteterapia es una disciplina que, lejos de intentar ilustrar la vida, busca crearla; mirar sin ver, escuchar sin oír. Es una propuesta de volver a una página en blanco, sin tamizarla con lo que sabemos del otro.

En la arteterapia no se busca el resultado estético de las obras que se producen. Tampoco se trata de crear por crear, ni busca profundizar en el trauma, los síntomas o las consecuencias que estos tienen en el día a día de la persona. Supone, más bien, un despertar de los sentidos para volver a la realidad, para tener otra oportunidad de crearla. Busca crear un escenario a través del cual la persona pueda construir desde lo propio, confluyendo en un diálogo entre ella misma y los materiales.

La importancia del proceso terapéutico es el eje central del tratamiento, dotando de máximo valor el hecho de poder posibilitar el encuentro que se da en cada sesión. Y entendiendo este encuentro como una forma de relación entre la persona, el espectro de lo imaginario y lo simbólico, los materiales y la persona arteterapeuta. Por lo tanto, lo importante es lo que acontece en cada sesión, y no el resultado de esta. Se trata también de un proceso cargado, como no, de un matiz poético y artístico.

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Arte, cultura y salud mental

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La persona arteterapeuta es quien acompaña, se encarga de aplicar el marco de trabajo y mantiene vivo el deseo y la curiosidad por el espacio. Su tarea es generar unas condiciones seguras para que la persona pueda estar en lo suyo, ayudándola a abrir el proceso creativo y acompañándola en su producción sin juzgarla.

Crear para expresar

Los trastornos psicóticos son vividos como una ruptura con la manera en la que concebimos y entendemos el mundo. Una vivencia, por tanto, diferente de la realidad que consideramos común. Esta sensación de irrealidad o incomprensión puede llegar a generar altos grados de angustia y sufrimiento en la persona afectada. En algunos casos, incluso puede llegar a provocar un aislamiento social, asociado a una dificultad para mantener un desempeño ocupacional en la vida diaria que le permita desenvolverse en su contexto de referencia de manera satisfactoria.

Es aquí donde la arteterapia puede ser una alternativa segura de expresión, un espacio diferente de comunicación. A través de los materiales y no de la palabra se facilita que la persona pueda expresarse de otra manera a la habitual, por medio de la creación de una producción artística, de una obra.

La principal ventaja que ofrece la arteterapia aquí es la posibilidad de contar con un objeto tangible, palpable, visible, externo. La producción, entendida como el propio hacer de la persona (collage, pintura, dibujo, sonidos, movimientos, etc.), sirve como zona de mediación y contención, sin exponer a la persona directamente a emociones o sentimientos que pueden llegar a ser demasiado angustiosos de expresar a través de la palabra.

Arteterapia

Los beneficios de la arteterapia como medio de expresión simbólico

Esta producción u obra, además, puede estar sujeta a cambios, transformaciones o modificaciones que la persona quiera hacer a lo largo del proceso. Incluso se puede guardar hasta que esté preparada para comentarla y sostenerla.

Se ofrece, por tanto, un espacio de terapia diferente a los convencionales, en el que lo importante no es lo que se dice o cómo se dice, sino las posibilidades que se abren a través de las creaciones.

Un mundo interior por explorar

La arteterapia, además de utilizar un método diferente a otras terapias, tampoco busca la interpretación de las producciones ni lo que la persona intenta transmitir. Lo que busca es que la persona sea capaz de explorar dentro de sus emociones, de su interior, y pueda sacarlo al mundo exterior, donde se podrá trabajar. No sólo se crea, así, un diálogo exterior con la persona arteterapeuta y los materiales, sino que también se crea un diálogo interno que permite a la persona conectar con aquello que está sintiendo.

La arteterapia no persigue algo concreto, sino que trabaja con aquello que la persona trae en cada sesión, aquello que le preocupa o, por el contrario, aquello que la rescata y le hace sentir bien, con el objetivo de explorarlo, de investigar nuevas formas de vivirlo y renombrar las emociones que pueden costar más de gestionar.

A través de los materiales y no de la palabra se facilita que la persona pueda expresarse de otra manera a la habitual, por medio de la creación de una producción artística, de una obra.

En consecuencia, se dota de un papel protagonista a la propia persona. Ella tomará las decisiones, con el sostén de la persona arteterapeuta, que puede acompañar durante todo el proceso, pero siempre desde un papel de guía de la propia investigación interna, adaptándose a la manera de hacer de la persona, facilitándole el espacio, pero sin instruir, enseñar o aconsejar, sin caer en tecnicismos ni métodos propios de las artes.

Los materiales, por otro lado, permiten que la persona pueda investigar esas nuevas formas, crear, recomponer, retocar, convertir en otra cosa, abriendo un mundo de posibilidades de trabajo y facilitando así que pueda elegir con qué material se siente más cómoda para trabajar.

La facilidad que nos proporciona la arteterapia en este aspecto es que se puede trabajar desde todos los lenguajes artísticos: la danza, la pintura, el dibujo, el modelado, la música, la escritura, el movimiento, la fotografía… La persona puede iniciar aquí un camino de investigación en todas y cada una de ellas, buscando, de alguna forma, con cuál de ellas se siente más cómoda para trabajar. Incluso esta investigación puede constituir en sí misma un viaje por los diferentes lenguajes, abriendo nuevas posibilidades y dando nuevas oportunidades.

Alain Vigneau

Alain Vigneau

Arteterapeuta y creador del Clown Esencial

Por tanto, cada producción, cada obra, cada aspecto que la persona trae a sesión es importante en sí misma, porque es importante para la persona. Y es desde aquí desde donde se parte, fomentando la construcción de nuevos canales de expresión y favoreciendo que la persona pueda participar de forma activa en su propio proceso, y respetando siempre la forma y el modo en qué esta persona quiera hacerlo.

No se trata, por tanto, de buscar que la persona dibuje, pinte, componga o modele su emoción, sino que conecte con ella y encuentre la manera de darle forma, darle su forma.

Paralelamente, la persona puede sentir que esta toma de decisiones, este espacio de intimidad con uno mismo y con la persona arteterapeuta, esta exploración de materiales y nuevos mundos puede impactar de forma positiva en su vida diaria, mitigando el sufrimiento y encontrando en este espacio un lugar donde poder existir.

Además, al tratarse de un proceso de largo recorrido, puede fomentar el vínculo terapéutico con la persona arteterapeuta, pieza clave del tratamiento, que permite que la persona asuma el espacio de arteterapia como un lugar seguro para poder expresarse y compartir aquellas cosas que en otros espacios no ha podido.

La arteterapia pretende, por tanto, crear las condiciones necesarias y seguras para que la persona pueda indagar, investigar y profundizar hacia sus raíces, despertando los sentidos y creando desde lo propio, con el objetivo de poder expresar y comunicar todo aquello que acontece dentro de ella.