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Lorena Lalana Sánchez y Miquel Aguiló Colominas

«No hay latido»

Duelo perinatal

Como describir los sentimientos del día que no solo das la bienvenida a tu hijo, sino que también tienes que despedirte de él.

Primer embarazo, inocencia e ilusión, si en la ecografía de la semana 12 todo está bien y, encima, en la de la semana 20 también sale todo perfecto, ¿nada puede ir mal? Pues sí, hay tantas cosas que pueden fallar de las que no eres consciente que ni tan solo te preocupas porque las desgracias piensas que les pasan a otras personas, ¿porque me va a tocar a mí?.

Un día te despiertas y sientes que sus movimientos dentro de ti son diferentes a lo habitual, mucho más leves, pero no tienes miedo porque estás de casi 38 semanas, nada puede ir mal. Nosotros decidimos consultar y verificar que todo estaba bien y aquí es cuando llegan las palabras más duras que te puedan decir en tu vida (y quien ha pasado por esta situación lo sabe): «No hay latido». En ese momento no entiendes nada, porque habíamos quedado que nada podía ir mal, tu hijo ya estaba formado, sólo tenía que decidir el día en que quería conocernos.

A partir de aquí sientes que todo son decisiones que tienes que tomar, sin saber qué es mejor o qué es peor, dejándote llevar y confiando ciegamente en los profesionales que en ese momento te están atendiendo.

Afortunadamente, nosotros tuvimos los mejores que pudiera haber en ese momento y, que dentro de lo que estábamos viviendo, supieron estar en cada momento de la forma más adecuada, respetuosa y empática.

Ilustración duelo perinatal Miquel Aguiló
©️ Miquel Aguiló Colominas

En ese momento, en tu cabeza no cabe que de las primeras cosas que te dicen es que hay que inducir el parto, porque ese bebé tiene que nacer. Lo primero que piensas es que te hagan una cesárea y salir de ahí, irte a casa, borrarlo todo, no me puede estar pasando.

Te haces diferentes preguntas. Si puedes, piensas en el futuro y qué sería mejor. Después de plantear la situación, te culpas por pensar en un futuro.

Ahí viene cuando realmente tienen que ayudarte, a entender, a tener tiempo de aceptarlo, a recomendarte que conozcas a tu hijo, que lo cojas, que lo fotografíes… porque para todo esto, necesitas tiempo para entender que te va a ayudar en los próximos meses, en toda tu vida. Estás en un momento de tu vida que, si tuvieras un botón de Stop, le darías. Tu mente puede hacerte pensar que no estás ahí, pero el tiempo te vuelve a llevar a la sala de partos.

Tu trabajo es ahora intentar entender lo que ocurre a tu alrededor antes que la carrera del tiempo te ponga delante de lo que está pasando. Aun así, no todo el mundo es capaz de, en esas horas que dura el parto, entenderlo y aceptarlo.

El 11 de octubre de 2019, todo y que fue seguramente el peor día de mi vida, también fue uno de los más bonitos, porque conocí a mi primer hijo, mi precioso bebé. Todo lo que ponías en duda si podrías hacer, te sale involuntario, porque lo que tienes entre tus brazos es tu hijo, el que siempre te va a acompañar ahí donde estés.

La única diferencia con otros partos es que cuando das a luz, no hay llantos de bebé, todo es silencio. Es un momento de mamá, papá y tu bebé. Nos conocemos, nos acariciamos, nos besamos, para después poder avanzar, porque esto no es cuestión de borrarlo de tu vida, porque tu hijo ha existido y lo amas.

El trabajo duro viene después, cuando sales del hospital, que ha sido tu pequeña burbuja, para enfrentarte a la realidad. Miedo a salir por encontrarte a todas aquellas personas que lo primero que hacen,es preguntarte por tu bebé, ¿cómo lo explicas sin que duela? Es imposible. Al llegar a casa, te encuentras una habitación hecha a medida y vuelven las preguntas, los «¿cómo?» los «qué pasará si?» . Cuando te encuentras con las primeras personas se lo dices de una forma y ves que te duele por cómo lo has dicho y por la reacción del otro. Cambias la forma de decirlo y vas probando a base de bofetadas de realidad y finalmente, encuentras esas palabras en las que te sientes seguro y fuerte.

En nuestro caso, nos sirvió mucho la ayuda psicológica ofrecida por el propio hospital y, al cabo de unos meses, empezar con los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) con la asociación Petits amb llum. Aquí encuentras a padres en la misma situación que tú, que quizá en ese momento pongan palabras a lo que estás sintiendo, palabras que tú todavía no has sido capaz de verbalizar.

El siguiente paso duro, y difícil donde los haya, es volver a quedarte embarazada. Quieres volver a ser madre o padre y ejercer como tal pero, ¿a qué precio? Tienes que estar preparada para enfrentar miedos que en el anterior embarazo ni si quiera te los habías planteado y no pasa nada, es lícito tener miedo porque esos nueve meses van a ser una batalla constante. En este momento es cuando tienes que confiar plena y ciegamente en los profesionales que te van a hacer el seguimiento, no hay más opciones. Todo va a ir bien, permítete ilusionarte y disfrutar lo que puedas, no siempre tienes que estar feliz, es un camino largo y difícil, pero lo vas a conseguir.

La unión y el apoyo de la familia y tu entorno es muy importante, pero definitivamente lo que te va a dar tranquilidad es ir a una con tu pareja porque es un deseo en común y nada mejor que el apoyo mutuo y la tranquilidad que os podáis dar.

 

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 15 de Octubre de 2021
Última modificación: 13 de Octubre de 2023

Cada año, en el mundo fallecen cinco millones de bebés durante el embarazo, en el parto o a los pocos días de nacer.  Las familias transitan sus procesos de duelo perinatal muchas veces en silencio y solas. Pese a la complejidad y dificultad para acompañar estas situaciones, es vital que se visibilice la muerte perinatal, que las familias puedan recibir un adecuado apoyo emocional, legal y sanitario, y se vaya eliminando el tabú que la rodea. Es por ello que el 15 de octubre se celebra el Día Mundial por la concienciación sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal.