Experimentar la menopausia como una oportunidad
La mujer pasa, a lo largo de su vida, por muchos cambios físicos que suponen una nueva manera de sentir y vivir. Cada una de estas etapas supone nuevas experiencias y nuevos aprendizajes. Hablamos del paso de la niñez a la adolescencia, de embarazos, pospartos y lactancias, de menopausia y de vejez.
El proceso de la menopausia de la mujer está relacionado con la disminución progresiva de la reserva ovárica de cada mujer, que empieza a liberarse con el período menstrual. Esta liberación cíclica es la que propicia la posibilidad del embazado o de la menstruación.
Cuando esta reserva ovárica va disminuyendo, también va acompañada de una disminución hormonal que hace que algunas funciones fisiológicas ya no se regulen de la misma manera, ocasionando unos cambios físicos y emocionales. Cuando estos cambios se empiezan a dar es lo que llamamos climaterio o premenopausia, un periodo de transición que prepara a las mujeres para una nueva etapa vital.
El climaterio suele darse entre los 42 y los 55 años, siendo el síntoma más evidente una menstruación irregular.
Síntomas de la premenopausia
Cada mujer experimentará uno o diversos síntomas y de diferente manera, pero consideramos que estamos en fase de premenopausia si aparecen estos síntomas:
- Distanciamiento de la menstruación.
- Reglas más abundantes.
- Reglas con poco sangrado.
- Insomnio.
- Dolor de cabeza.
- Sequedad de las mucosas, sobre todo la mucosa vaginal.
- Sofocos, subidas de calor acompañadas de sudor, rubor y a veces de angustia, que duran entre 2 y 3 minutos.
- Aumento de peso y dificultad en eliminar líquidos.
- Pérdida de masa muscular.
- Disminución de algunas capacidades cognitivas como la memoria o la capacidad de concentración.
Se trata también de un momento en el que afloran estados de ánimo reflexivos en relación a la propia vida, que hacen tener las emociones a flor de piel: cambios emocionales, irritabilidad, rabia, inseguridad, ganas de llorar, estado depresivo, no encontrar el sentido a la vida, no saber cómo gestionar la marcha de los hijos, si los hay.
La menopausia es más que dejar de tener la menstruación
Tradicionalmente, se ha interpretado la menopausia desde una mirada discapacitada (lo que ya no tenemos como mujer) y se ha realzado sus dificultades: los sofocos, el cambio físico y la cercanía a la vejez. Se remarca socialmente cómo la mujer se aleja del ideal impuesto de juventud y pérdida de valor social, en tanto la mujer deja atrás su época reproductiva y, por tanto, pierde valor social.
Con todo este estigma de la menopausia, no nos extraña que las mujeres vivan con disgusto la llegada de esta etapa, realizando intentos por seguir pareciendo la mujer joven, atractiva y activa de siempre.
Pero hay otra manera de sentir el cambio y dar la bienvenida a la nueva etapa. Integrar el paso del tiempo como factor inevitable nos ayuda a dar valor a lo que tenemos. Y tenemos unos cuerpos que han vivido lo suficiente para hacer revisión de lo experimentado y poder aplicarlo al futuro.
Somos mujeres más sabias y capaces de reconectar con nosotras mismas y poner en valor nuestras necesidades. La vida nos ha enseñado a mirar hacia dentro y hacia afuera. Es el momento de encontrar el equilibrio.
Esta etapa nos ofrece la posibilidad de liberarnos de los estereotipos de mujer joven y decidir libremente cómo nos queremos cuidar, como nos queremos presentar hacia los demás y qué es lo que queremos hacer con nuestras vidas. Es una nueva manera de experimentar la vida.
Así que tendremos que descubrir qué tenemos por delante y decidir cómo queremos que sean los años venideros. Resignificar esta etapa dando visibilidad y valor.
La menopausia llega cuando estos cambios que antes comentábamos en el climaterio se han instaurado definitivamente y la menstruación ha desaparecido hace como mínimo un año.
Nuevas necesidades en la etapa de la menopausia
El cuerpo, tan sabio, nos da señales de que debemos prestar atención a nuevas necesidades relacionadas con esta etapa vital.
- Necesidades nutricionales. La disminución hormonal hace que nuestra alimentación sea un buen aporte compensatorio a lo que necesitamos. Por ello hay que poner atención a los aportes de hierro, calcio, vitamina D y Omega 3.
- Necesidades psicológicas.
- Debemos buscar el reconocimiento positivo social.
- Dar valor a la experiencia y la sabiduría de cada mujer.
- Identificar y poner en valor nuestras necesidades.
- Mostrar la belleza de los cuerpos en cada etapa de la vida.
- Redescubrir y curiosear sobre la propia sexualidad en nuestro cuerpo cambiante.
- Buscar intimidad para centrar la sexualidad en nosotras.
- Apoyarse en una red de mujeres para darse apoyo.
- Reducir el ritmo con que hacemos las cosas, bajar estrés.
3. Necesidades físicas.Equilibrio entre el descanso y el ejercicio físico y mental.
Recomendaciones para vivir una menopausia saludable
Cuida tu alimentación
- Consume cereales integrales.
- Reduce el consumo de café, alcohol, embutidos, azúcares y refinados.
- Incluye en tu alimentación frutos secos, legumbres, sésamo, verduras, frutas, algas, pescado, onagra.
- Haz comidas ligeras.
- Bebe abundante agua, mantente hidratada.
- Toma fibra y semillas de lino para favorecer un buen tránsito intestinal que permita eliminar toxinas.
- Las infusiones de diente de león, té verde, salvia, valeriana son muy recomendables.
Haz rutinas de vida saludable
- Toma el sol.
- Haz ejercicio físico: se recomienda ejercicio cardiovascular y muscular 2 o 3 días a la semana, así como ejercicios para el refuerzo del suelo pélvico. Caminar 20 minutos al día, nadar o ir en bicicleta también son ejercicios recomendables.
- Date un masaje de vez en cuando.
- Mantén una buena rutina del sueño.
Cuida tu salud emocional y mental
- Mira de frente a esta nueva etapa, valórala. Si hace falta buscar ayuda de un profesional que nos dará recursos para esta reflexión y valorará la ayuda que necesitas.
- Practica ejercicios de relajación.
- Ten vida social activa.
- Busca la compañía de otras mujeres que estén en el mismo momento de la vida para encontrar apoyos.
- Mantente activa mentalmente a través de actividades de ocio como la lectura.
Esta etapa puede ser una oportunidad de mejora en nuestra vida afectiva y psicológica. Tenemos experiencia para valorar y saber lo que necesitamos, mirar retrospectivamente y caminar hacia el futuro. A veces el camino es complicado y nos abruman las emociones pero lo que nos pasa no es una enfermedad, solo son cambios que hay que acompañar y que la mayoría de mujeres transitamos.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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