Todo lo que necesitas saber sobre la depresión posparto

La ansiedad y la depresión son los trastornos mentales más frecuentes durante la etapa perinatal, época que abarca tanto la gestación como el parto. Según datos de la Guía NICE 2014, revisada en febrero de 2020, alrededor del 12% de las mujeres experimentan depresión y un 13% experimentan ansiedad en algún momento del embarazo. La depresión y la ansiedad también afectan entre el 15 y el 20% de las mujeres durante el primer año después del parto.

En general, se calcula que una de cada diez madres sufrirá una depresión posparto y, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede llegar a afectar a una de cada seis mujeres que han dado a luz.

¿Por qué se habla tan poco de la depresión posparto?

Desgraciadamente, la aparición y la presencia de problemas de salud mental en las mujeres embarazadas y en las que han dado a luz ha sido largamente minimizado.

Culturalmente se ha identificado el embarazo y el postparto con una época de plena felicidad, pero la evidencia demuestra que el embarazo y el posparto no son protectores de la salud mental, sino que nos encontramos ante una época de mayor vulnerabilidad.

La presión social para ser feliz en esta época de la vida es muy grande y esto puede hacer que muchas mujeres sufran una depresión posparto en silencio. A la depresión posparto en ocasiones se la llama la «depresión sonriente», precisamente por el hecho de que muchas madres intentan ocultar su malestar por miedo a ser calificadas como «malas madres».

Muchas de estas mujeres ya presentan síntomas de depresión o ansiedad durante el embarazo y muchas no reciben la ayuda que necesitan. Los síntomas depresivos en el embarazo y el posparto pueden ser vividos con mucha culpa y muchas mujeres no comparten con su entorno lo que les está pasando.

Los síntomas de la depresión posparto

La depresión es una enfermedad que se caracteriza por sentimientos de tristeza intensos y persistentes, pérdida de interés en las actividades con las que antes disfrutábamos, alteración del sueño y el apetito y dificultades importantes para llevar a cabo las actividades del día a día, entre otros. Para valorar la depresión, estos síntomas deben durar más de dos semanas.

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En el caso de la depresión posparto, y de forma específica, encontramos sentimientos de culpa por no ser la madre que esperaban ser, llanto incontrolable, dudas sobre la capacidad para poder cuidar adecuadamente de su criatura, sentimientos de incapacidad para vincularse emocionalmente con la hija o el hijo, así como sentirse muy superada por la situación. La mayoría de depresiones posparto aparecen en las primeras semanas después del parto, pero pueden aparecer hasta pasado 1 año del parto.

Las investigaciones también muestran que los trastornos mentales durante el embarazo y el posparto están asociados a complicaciones en la gestación, alteraciones en el vínculo madre-bebé y en el neurodesarrollo del bebé. Por lo tanto, es muy importante la detección de la depresión posparto y su correcto tratamiento.

En relación a la atención que deben recibir, es muy importante que la mujer se sienta apoyada y que el cuidado que se le ofrece no sólo se centre en aspectos físicos y obstétricos, sino también en aspectos emocionales, en cómo se ha adaptado a la nueva situación, en cómo se encuentra anímicamente.

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Muchas madres que llegan a la consulta del centro de salud mental verbalizan sus sentimientos: «me siento totalmente superada, siento que he fracasado como madre, he estado tanto tiempo esperando este momento y ahora no lo puedo disfrutar», «miro a mi hija y siento que me he equivocado», «mi hijo llora y sólo quiero huir», «cojo a mi hija y sólo tengo ganas de llorar, sólo siento pena».

En casos más graves, pueden aparecer ideas de muerte o incluso ideas de hacer daño a la criatura. Todos estos sentimientos generan un gran malestar y un impacto muy importante en la vida de estas mujeres, y son signos de que necesitan ayuda.

Hay que diferenciar la depresión posparto del fenómeno conocido como maternity blues, que afecta a una parte muy importante de las mujeres que han dado a luz y que se caracteriza por estar más sensible, tener episodios de llanto, tristeza leve, sentirse más irritable y presentar preocupaciones por la criatura que empiezan entre el segundo y tercer día después del parto y no superan los primeros 15 días. Se suelen resolver de forma espontánea durante la primera semana y la mayoría de autores relacionan los cambios hormonales durante el posparto con la aparición de este fenómeno.

Factores de riesgo más comunes en la depresión posparto

Las causas de la depresión posparto no se conocen con exactitud, pero sabemos que hay factores biológicos, socioculturales y psicológicos que aumentan el riesgo de padecerla.

• Antecedentes familiares y personales de depresión.
• Depresión durante la gestación.
• Antecedentes de síndrome premenstrual.
• Complicaciones en la gestación y durante el parto.
• Prematuridad del bebé.
• Falta de apoyo social, tanto de amistades como de familiares.
• Problemas conyugales.
• Vivir o haber vivido situaciones de abuso o violencia.
• Situaciones personales estresantes: haber tenido un parto traumático, haber sufrido una pérdida, tener problemas económicos o de vivienda.
• El hecho de tener una personalidad marcada por una tendencia a la inestabilidad emocional, una baja autoestima o el perfeccionismo.
• Las expectativas elevadas y rígidas sobre el embarazo, el parto y el posparto.
• La preocupación excesiva.
• La tendencia a la culpabilidad.

¿Qué puedes hacer si piensas que sufres una depresión posparto?

• Habla de lo que te pasa. Es muy importante que lo compartas con alguien de confianza, idealmente la pareja.
• Buscad conjuntamente ayuda profesional.
• No te sobrecargues con las tareas del día a día, pide ayuda.
• Aprovecha para dormir cuando la criatura duerma.
• Procura hacer actividad física como salir a dar un paseo, que te dé el aire y el sol.
• Mantén una alimentación saludable.
• Busca grupos de crianza en tu zona de residencia. El contacto con otras madres también puede ser un buen apoyo.

Tratamiento de la depresión posparto

Hay que explicar a las mujeres que la padecen y a sus parejas qué es la depresión, normalizarla y desculpabilizar a la mujer. Es muy importante que la pareja esté muy implicada en la crianza para garantizar que la madre pueda también tener momentos para descansar y no se sienta sola en este momento de la vida.

La psicoterapia es una parte fundamental del tratamiento. Se trata de un espacio donde, sin sentirse juzgada, la madre pueda hablar abiertamente de lo que le pasa y cómo se siente y, conjuntamente, se formulen objetivos terapéuticos para conseguir una mejora del ánimo, aprender a relacionarse de manera más saludable con su bebé, establecer un buen vínculo madre-bebé y poder disfrutar de la maternidad.

En algunos casos será necesario el tratamiento farmacológico, pero muchas madres son reacias a iniciar un tratamiento farmacológico por miedo a una posible incompatibilidad con la lactancia materna.

La realidad es que existen varios tratamientos farmacológicos que son seguros durante la lactancia materna. Siempre hay que hacer una valoración tanto de los riesgos como los beneficios de instaurar un tratamiento farmacológico y en la que será importante tener en cuenta los riesgos de no tratar la enfermedad, ya que no hacerlo también puede tener un impacto negativo.

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